Mutuma: Un suelo fértil para el cambio

Empresas como la nuestra parten de la innovación y el cambio. Sistema.bio no solo nació de la curiosidad y un deseo por cambiar las cosas: depende de ellos, aún con el paso del tiempo. Abrir nuestro equipo a nuevas mentes y experiencias es importante porque es a través de ellas que encontramos nuevas preguntas, nuevas maneras de hacer. Este es el caso de Mutuma.

Él creció en Meru, Kenia. Ahora vive en una granja con sus padres, ambos médicos, y sus hermanas, quienes están terminando la preparatoria. Se unió a nuestro equipo tras terminar sus estudios en Horticultura en la Universidad de Nairobi, una carrera que eligió al darse cuenta de la importancia de la agricultura: “Todas y todos tenemos que comer, y es importante asegurarnos de que nuestra comida sea producida de una manera sostenible”.

Desde su llegada a nuestro equipo en febrero, su meta ha sido hacer de la agricultura orgánica una norma en Kenia, meta que involucra no solo a las y los productores sino también a las y los consumidores, a las economías locales y las costumbres. Afortunadamente, nos dice, la agricultura orgánica es cada día más relevante: “Ha llegado una revolución a Kenia en términos de la agricultura orgánica: las personas quieren saber de dónde viene su comida”.

Transformar las granjas del mundo hacia lo orgánico es una meta importante. Por años hemos observado el impacto que puede tener en nuestras economías, nuestra salud y nuestro medio ambiente. Para Mutuma, esta es la parte más emocionante de trabajar en agroecología: “Me gusta ser parte de un equipo que busca encontrar formas de tratar con la naturaleza de una manera orgánica, de reducir el impacto ambiental de todos los químicos que hemos utilizado por tanto tiempo”.

Mutuma es nuestro Agroecology Fellow, un puesto que le ha permitido explorar y aprender. Trabaja directamente con las y los productores, hablando con ellos sobre los retos a los que se enfrentan y los problemas que surgen en su día a día, y aplicando métodos científicos para encontrar soluciones orgánicas. Filósofo de corazón, Mutuma toma sus tareas diarias como una oportunidad para aprender y mejorar la manera en la que se hacen las cosas: “Me gusta tener la oportunidad de aprender de las y los productores y traer de regreso esos aprendizajes para mi equipo, intentar hacer las cosas de manera diferente”.

A lo largo de los últimos meses se ha vuelto un experto y portavoz del biofertilizante, el producto secundario de nuestros biodigestores. El biofertilizante es, casi literalmente, oro líquido. Y gracias al trabajo de Mutuma hemos podido ver exactamente qué tanto impacto tiene en las granjas de nuestros usuarios en términos de salud de la tierra y productividad de las cosechas. Desde el inicio de Sistema.bio, nos hemos concentrado principalmente en la energía limpia que producen los biodigestores. Para Mutuma, nuestro biofertilizante es un eficiente e inexplorado beneficio para los productores, por lo que trabaja duro experimentando con él, investigando a fondo cómo funciona y cómo pueden aprovecharlo al máximo nuestros usuarios: “Yo creo que la parte más importante de mi trabajo es ser el vínculo entre los productores y su uso del biofertilizante”.

Mutuma sabe que los biodigestores son una gran inversión para las y los productores, no solo en términos de la energía limpia y renovable para sus hogares sino también para la salud a largo plazo de sus cultivos, sus tierras y sus familias —por no mencionar los beneficios económicos de eliminar la necesidad de productos externos.

La naturaleza funciona a partir de ciclos, una verdad con la que nos encontramos continuamente en nuestro trabajo. Para Mutuma, la clave para una agricultura eficiente y sostenible está en aprovechar esos ciclos, en dar un paso atrás y dejar que la naturaleza se nutra a sí misma, reducir el componente humano y dejar que los procesos naturales hagan lo que mejor saben hacer: vivir, crecer, regenerarse. Es precisamente ahí donde entra en juego el biofertilizante: elimina la necesidad de usar fertilizantes químicos, al tiempo que brinda a la tierra y los cultivos los nutrientes que necesitan para cumplir sus ciclos. “Se trata de brindar microorganismos buenos a la tierra para que todo pueda crecer por sí mismo, sin tanta interferencia humana”.

Los biodigestores son, en términos prácticos, contenedores de ciclos. Son herramientas que transforman desechos en recursos haciendo uso de procesos biológicos. Tecnologías limpias como esta permiten a las y los productores hacer y crear todo lo que necesitan en sus propios patios, lo cual es para Mutuma el verdadero significado de la sostenibilidad: “La sostenibilidad llega cuando un productor o una productora logra usar sus desechos como material crudo para otra cosa. El estiércol animal alimenta al biodigestor, el biofertilizante alimenta a los cultivos, y los cultivos alimentan a su vez a los productores, sus familias y sus animales”.

Texto por Elena Coll | Arte por Brianda Suárez | Editado por Montserrat Cortez y Xunaxi Cruz


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