Mujeres de la India tomando el control de sus vidas con biodigestores


PURNIMA JHA

INDIA Communications Associate

Las mujeres constituyen la mayor parte de la mano de obra en agricultura en todo el mundo. En India hay más de 150 millones de productores, de los cuales, según las cifras oficiales, sólo 60 millones son mujeres. En realidad, la cifra sería sin duda mayor, ya que en hogares de productores de la India rural las mujeres participan en la agricultura de una forma u otra. Mientras que algunas son el principal sostén de los hogares agrícolas, otras se ven obligadas a trabajar en el campo debido a la falta de un hombre en la casa, y casi todas ayudan en la siembra, la cosecha, el riego de los cultivos, la recolección y muchas otras tareas sustanciales. 

Un estudio de Oxfam concluyó que las mujeres dedican unas 3,300 horas al año a la agricultura. Además, el papel de la mujer en los hogares rurales se amplía al de cuidadora, cocinera y administradora. Para añadir a la lista de tareas de las mujeres, la mayoría de los hogares rurales siguen utilizando leña para la cocina y la calefacción, y las mujeres de la casa son las encargadas de ir a buscar leña a primera hora en la mañana. Entonces, incluyendo las tareas domésticas, la mujer rural trabaja sin remuneración monetaria alguna entre 10 y 12 horas cada día.

Una de ellas es Shubhangi, productora de 28 años y madre de tres niños pequeños. Shubhangi vive en Somanthali, un pequeño pueblo del distrito de Satara, en Maharashtra, India. Si bien no tiene ningún trabajo formal, Shubhangi ayuda a su marido y a su suegro en la agricultura. Trabajan juntos en el campo sembrando semillas, biofertilizando, manteniendo los cultivos y cosechando el producto final, entre muchas otras cosas. Además, se hace cargo de los 14 miembros de la familia, cocina para todos, limpia la casa, lava los utensilios y alimenta a los animales de la granja todos los días. Hace un año, gracias a esa gran carga de trabajo, Shubhangi nunca tenía tiempo para sí misma.

Un día en 2018, el marido de Shubhangi le dijo que iban a comprar una planta de biogás. Si bien ella había visto muchas plantas de biogás de ladrillo y mortero en su pueblo, nunca había visto una que funcionara. Con 20 vacas, la familia de Shubhangi optó por un modelo Sistema 20, que les proporciona 13 horas diarias de energía limpia para cocinar, el equivalente a 6 tanques de gas LP. 

Cuando la visité, Shubhangi se movía por la casa con gran facilidad, con una amplia sonrisa en su rostro. “Toda la vida cociné con leña. Me levantaba a las 5 de la mañana para ir a buscar leña, lo cual me tomaba una hora. Después, tardaba una hora y media en cocinar la comida. Como somos 15 personas en la familia, el gas LP era demasiado costoso para nosotros. Sólo comprábamos un tanque para emergencias. Recuerdo que tosía mucho mientras cocinaba. Mis ojos siempre estaban llorosos y tenía una sensación de ardor cuando estaba en la cocina“, dijo.

Un mes después de la instalación, vimos una llama azul en nuestra estufa de biogás. Empecé a cocinar con biogás y desde entonces no he utilizado leña. Ya no me lloran los ojos. Todavía me despierto a las 5 de la mañana, pero ahora paso ese tiempo tomando té con mi marido“, añadió Shubhangi.

Shubhangi mandó a su hija por unas hojas frescas de methi (fenogreco) de su granja, junto con espinacas y cilantro, y las exhibió con alegría. Antes de comprar el biodigestor, Shubhangi cultivaba solo maíz, cereales y forraje, pero ahora también cultivan muchas verduras. “Para hacer la comida, sólo tengo que ir a la granja y conseguir verduras frescas cultivadas con nuestro propio biofertilizante. Me siento autosuficiente”.

En otro pueblo, no muy lejos de Shubhangi, vive Radhika. Está casada desde hace más de quince años y tiene dos hijos en secundaria. En un pueblo donde la mayoría de la gente vive en familias conjuntas con sus padres y hermanos, la familia de Radhika es una excepción. En la casa vive sólo la familia nuclear, con 8 vacas y un perro que actúan como su familia extendida. 

Cuando Radhika se casó, nació en ella un gran interés por la cocina. Le gustaba experimentar con diferentes verduras y especias e inventar nuevos platillos. Pero a menudo resultaba un reto con su chulha, una estufa tradicional india alimentada por leña. Primero tenía que pasar una o dos horas recogiendo leña y luego otra hora encendiendo la chulha. En temporada de monzones, pasaba aún más tiempo secando la leña antes de empezar a cocinar. Finalmente convenció a su marido de hacer el cambio a gas LP. Y si bien el gas LP facilitaba las cosas, sólo se suministraba en el mercado principal, a 3 km de su casa.

La familia de Radhika recibía a menudo a sus parientes para comer o cenar, lo que le daba la oportunidad de presumir de sus habilidades culinarias. Un día, mientras recibía a la familia de su hermana, se quedó sin gas LP a la mitad de la cocción. Avergonzada, Radhika no sabía qué hacer. Tuvo que pedirle a su vecino un tanque, por el que tuvieron que pagar una cantidad considerable. Esto sucedió un par de veces más; a veces contaban con un respaldo, pero Radhika seguía decepcionada. Gastar 1.000 rupias (14 dólares) cada mes y quedarse sin gas en ocasiones importantes no era lo que Radhica estaba buscando. Quería una solución más fiable.

Cuando un representante de Sistema.bio visitó su casa en 2019 para dar a conocer el biogás, Radhika vio el mérito de la tecnología. Mientras que su marido estaba interesado principalmente en el fertilizante orgánico, ella pensó que el biogás podría ser la solución a sus problemas. “Tenemos un modelo Sistema 8 instalado en nuestro patio trasero. Nos proporciona 4.5 horas de biogás al día, lo que me da mucho tiempo para experimentar con la comida para mis hijos“, me dijo Radhika con entusiasmo. 

Sabemos que tenemos que alimentar el biodigestor todas las mañanas, lo que significa apenas media hora de trabajo. El estiércol de vaca, que antes era difícil de desechar y producía un terrible hedor en nuestra casa, lo recoge ahora mi marido a primera hora de la mañana para alimentar nuestra planta de biogás. Yo le añado el agua“, añade Radhika.

Lo mejor del biodigestor, en opinión de Radhika, es que ahora la casa está mucho más limpia y nunca se queda sin gas en la cocina. Siente que tiene el control de su vida. El tiempo adicional por la mañana le ayuda a planificar mejor su día. 

Los biodigestores de Sistema.bio ya forman parte de más de 10.000 hogares agrícolas en la India. Cuando nuestros equipos van al campo para hablar con los productores, nos damos cuenta de que el impacto que nuestros biodigestores han tenido en la gente va mucho más allá de lo que habíamos previsto. Una multitud de mujeres aprovechan los beneficios de los biodigestores para tomar las riendas de sus vidas y mejorar su situación y la de otras y otros.

En Sistema.bio nos sentimos orgullosos de estar asociados con mujeres tan poderosas y cuyas historias nos dejan boquiabiertos. En una sociedad en la que las mujeres se enfrentan a tantos retos, ¡aplaudimos su indomable valor para tomar las riendas y hacer maravillas!

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