Por Elena Coll
El mundo necesita diversidad. Todos y cada uno de los organismos en esta tierra tiene un propósito, y toda vida depende de otra. Las abejas dependen de las flores, y las flores dependen de las abejas. Los gusanos dependen de la tierra, y el suelo depende de los gusanos. Dependemos de esta Tierra, y en este momento la Tierra depende de un cambio en la acción humana.
Animales, plantas, insectos, microorganismos y ecosistemas hacen girar el mundo. Y es nuestro trabajo cambiar la forma en que hacemos las cosas y redirigir nuestros ojos a lo que importa: el planeta que nos da vida y nos da un hogar. Y el primer paso para hacerlo es aprender a respetar los hogares de los demás. En Sistema.bio creemos que la clave para las sociedades sostenibles radica en aprovechar al máximo lo que tenemos y respetar lo que no nos pertenece.
Todo lo que consumimos proviene de la naturaleza, lo que usamos y lo que comemos son una parte esencial de nuestra vida. Pero el crecimiento exponencial de la población y la cultura del consumo han creado una sobredemanda de alimentos y recursos.
La agricultura es la base de las sociedades modernas. Nuestra historia comienza con la agricultura, y en Sistema.bio creemos que ahí es también donde nuestro futuro comienza. Esto es, en la agricultura sostenible. En las prácticas que cuidan nuestros campos, nuestra tierra, nuestra agua, nuestras semillas y nuestro aire. Prácticas que nutren y devuelven a la tierra lo que ella nos da. ¡Tenemos tanto! No hay necesidad de tomar lo que no es nuestro.
Una cosa es segura: no podemos seguir por este camino. No podemos seguir talando la selva. No podemos seguir contaminando nuestros ríos y bebiendo agua en botellitas de plástico. No podemos seguir construyendo nuestras sociedades hacia la máxima comodidad sin preocuparnos por las consecuencias. ¿Cuántos de nosotros consumimos productos todos los días sin tener idea de lo que contienen o de dónde provienen? El sistema debe cambiar. Y cambiará.
En Sistema.bio, creemos que la clave del cambio radica en la agricultura. Les debemos mucho a esos primeros agricultores, los que aprendieron a sembrar semillas y cosechar sus regalos. ¡Civilizaciones enteras comenzaron con esa primera cosecha! Sin embargo, hemos olvidado tanto de su sabiduría. ¿Cómo llegamos de esas primeras cosechas a quemar el Amazonas para cultivar soja? ¿Cuándo hicimos de la industrialización la corona de nuestras sociedades? ¿En qué punto decidimos que los lagos y los bosques nos pertenecían?
Hoy, y todos los días, queremos que todos y todas tengan lo que les pertenece. Queremos que las tierras pertenezcan a las y los productores, y queremos que los bosques pertenezcan a los animales. Queremos que los ríos pertenezcan a los peces y los océanos a las ballenas. Queremos leyes para proteger a nuestras especies, a nuestros bosques tropicales y a nuestros hermanos y nuestras hermanas.
En cuanto a nosotros, no queremos nada más que continuar haciendo lo que hacemos mejor: colaborar con pequeños y pequeñas productores de todo el mundo para crear valor a partir de los desechos. Si bien la agricultura es esencial para nuestra existencia, también tiene un impacto negativo en el medio ambiente. En Sistema.bio creemos que es aquí donde podemos tener un impacto positivo en el mundo, a través de tecnologías renovables que ayuden tanto al planeta como a los pequeños y medianos productores. La agricultura responsable y sostenible es esencial para revertir el cambio climático. Queremos que más personas utilicen energía limpia y renovable, más campos cultivados con fertilizantes orgánicos. Queremos que las tierras de cosecha sirvan para muchas generaciones y que las áreas naturales permanezcan intactas.
Este ha sido un año difícil para todas y todos. Hemos visto enfermedades, incendios forestales y plagas. Hemos vislumbrado a dónde nos puede llevar el consumismo irreflexivo y el individualismo. Es casi como si la Tierra nos diera una advertencia: si continuamos explotando nuestros recursos naturales, si continuamos destruyendo el medio ambiente, nuestro planeta dejará de ser un lugar seguro. Si continuamos tomando todo lo que vemos, el planeta ya no tendrá nada que dar.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, queremos recordarles que existen opciones. Es hora de retribuir. Es hora de que la naturaleza prospere.