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Granjas sanas, vidas sanas con fertilizante orgánico

La espera ha terminado: la revolución llegó. Alrededor del mundo grandes empresas y pequeños granjeros están cambiando por completo la manera en la que producen. Y, como todas las revoluciones, ésta comienza desde abajo. Desde el suelo.

El término “Agricultura Regenerativa” fue acuñado en los años ochenta en el Instituto Rodale en Pensilvania, y lentamente se ha convertido en un eje clave de la agricultura sustentable. La agricultura regenerativa es la combinación de varios componentes, tales como la diversificación de cultivos y el pastoreo rotacional, pero el más importante es el control de la alteración del suelo. Básicamente, la tierra saludable es la corona de esta práctica.

Cuando la tierra está sana, contiene un gran número de nutrientes y microorganismos. Al preparar el suelo para uso agrícola, esta tierra es excavada y removida, perdiendo componentes importantes como el carbono —que por cierto se convierte en dióxido de carbono al fusionarse con el aire (todo sobre el impacto de la agricultura en el medio ambiente aquí). Esto impide también el desarrollo de los microorganismos, perdiendo ciclos importantes que ocurren a nivel químico y biológico. Esto, combinado con la sobre aplicación de nutrientes y pesticidas, se llama alteración del suelo. 

Si hay algo en lo que creemos en Sistema.bio, es en el poder de los ciclos. Sabemos que  importan tanto los ciclos que ocurren en un suelo sano como importa la fotosíntesis que ocurre en las plantas sanas. Es por eso que hemos diseñado nuestros biodigestores para producir no solo biogás, sino también fertilizante orgánico y soluble para el precioso suelo de cada granja. Y todo proviene de nuestro recurso clave: el estiércol. Cuando los animales comen, toman el carbono, el agua y los nutrientes de las plantas y los regresan a la tierra a través de sus desechos. Si bien estos elementos son exactamente lo que las plantas necesitan para crecer, no están listas para usarse —aún. Cuando los desechos entran, las bacterias en el biodigestor continúan transformando los nutrientes y el agua en la forma perfecta para que el suelo y las plantas hagan lo que mejor hacen: continuar su ciclo natural. Esto permite que las plantas crezcan, sí, pero también contribuye a devolver a la tierra algunos de los nutrientes que ha perdido en el proceso, manteniéndolo fuerte y saludable durante más tiempo. Y cuanto más saludable es el suelo, más saludable es la granja.

https://youtu.be/s9YcGbL_2E0

El cambio, especialmente a largo plazo, solo es posible si participan todos. En 2018, el Instituto Rodale se asoció con grandes empresas como Patagonia y Dr. Bronner para crear la Certificación Orgánica Regenerativa. Si bien esto apunta a construir sobre el movimiento existente de estándares orgánicos, no contribuye a expandir el acceso a buenos productos con alto valor nutricional para grandes sectores de la población. Debemos hacer de la agricultura sostenible la norma y no la excepción.

Nosotros en Sistema.bio y nuestros aliados creemos que la parte más importante de esta revolución es su expansión, por lo que nos enfocamos en unir fuerzas con el grupo más grande del sector agrícola: los pequeños agricultores. Día con día, más pequeños agricultores en grandes países agrícolas como México, India, Colombia, Nicaragua y Kenia están viendo el valor de las prácticas agrícolas sostenibles para sus cultivos, sus productos y el medio ambiente. Están apostando por la tecnología limpia en sus equipos, trabajando para mejorar la gestión de los residuos e incluir energía renovable en sus recursos. Cada vez más personas piensan a largo plazo.

De acuerdo con Regeneration International, una transición del 10 al 20% en la producción agrícola a prácticas regenerativas sería suficiente para revertir el cambio climático. Además, ayudaría a garantizar que se incluyan alimentos saludables y nutritivos en la agenda de seguridad alimentaria. Unir fuerzas con la mayoría a través de la financiación de pequeños agricultores y apostando por tecnologías agrícolas asequibles, limpias y de alta calidad no solo ayudará a nuestro medio ambiente sino que también mantendrá nuestras tierras y nuestro suelo saludables, llevando alimentos saludables a todas las bocas. Asegurarse de que nuestras pequeñas granjas estén saludables es asegurarse de que nuestras vidas sean más saludables también.

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