Alex Eaton
CEO
Estados Unidos se ha unido a más de 30 países para convocar a una reducción del 30% de las emisiones mundiales de metano para 2030. Se trata de un objetivo inteligente, ya que la reducción de las concentraciones de metano puede tener un enorme impacto en la velocidad del calentamiento global. También es inteligente porque para reducir las emisiones humanas de metano es necesario invertir en la sostenibilidad de la agricultura, en particular para los pequeños y medianos productores. Invertir en los productores contribuye a la mitigación del cambio climático y la adaptación en nuestro sistema alimentario global, al tiempo que apoya el progreso de los ODS, específicamente los de pobreza, hambre, salud, género y acceso a la energía.
Hay entre 400 y 500 millones de pequeñas granjas, las cuales gestionan la mayor parte de la tierra cultivable del mundo y alimentan a la mayoría de la población mundial. Si bien las pequeñas granjas suelen ser menos intensivas que los sistemas agrícolas industriales, siguen estando asociadas a importantes emisiones de GEI. Las emisiones de metano procedentes de la agricultura y sus residuos equivalen aproximadamente al 56% de las emisiones antropogénicas. Los pequeños productores generan emisiones de metano principalmente a través de la producción de lácteos y carne —que por sí sola representa el 30% de nuestras emisiones de metano—, pero también a través de la producción de arroz, el uso de combustibles de biomasa y la quema de residuos de cultivos.
Un paquete de formación, tecnología y financiación que alcanzara a 200 millones de pequeños productores en América Latina, África y Asia antes del 2030 podría contribuir al cumplimiento de los objetivos del Compromiso Global del Metano y generar impactos climáticos y sociales adicionales:
- Formación: con una formación adecuada, trabajo de extensión e incentivos, los productores podrían mejorar la dieta de los animales para reducir las emisiones de metano entérico, aprender alternativas a la inundación del arroz y a la quema de desechos, mejorar el potencial de captura de carbono de sus suelos y reconocer los beneficios las prácticas agroforestales.
- Tecnología: Existe una amplia gama de tecnologías de energía limpia y de gestión de residuos que podrían ser utilizadas por los productores para reducir sus emisiones de metano y otros GEI. Por ejemplo, con el uso de biodigestores, los productores pueden tratar sus residuos orgánicos, capturando el metano que de otra forma habría ido a la atmósfera y aprovechándolo como fuente de energía limpia. Así se reducen las emisiones de carbono y metano de los combustibles de biomasa tradicionales y se obtiene un fertilizante orgánico que mejora la productividad del suelo y de los cultivos, al tiempo que se reduce el CO2 y el NO2 del uso de fertilizantes sintéticos.
- Financiación sostenible: La reducción del metano y otros gases de efecto invernadero puede incentivarse a través de programas de financiamiento basados en la reducción de emisiones que mejoren los precios y las condiciones de pago para la inversión en infraestructura y procesos climáticamente inteligentes en las granjas.
Mediante la aplicación de servicios de formación, tecnología y financiación para pequeños productores, las emisiones totales de metano de los seres humanos podrían reducirse en un 30% a nivel mundial, con un enorme impacto en la velocidad del cambio climático. El metano emitido por la agricultura constituye el grueso de las emisiones de muchos países, y el Compromiso Global del Metano será inteligente si los retos de la reducción de las emisiones de metano se convierten en una oportunidad para invertir en el futuro de nuestros sistemas alimentarios y en la resiliencia de los pequeños productores.