La clave para crear Sistema Biobolsa: nuestro primer biodigestor con Cayetana Nambo

Para la gente es difícil creer que la inspiración, la musa de Alex Eaton para iniciar Sistema Biobolsa fue una enorme pila de excremento, pero la verdad es que también fue un largo trayecto el que tuvo que recorrer para echar a andar este increíble proyecto. La primera vez que vio biodigestores fue en Nicaragua cuando trabajaba como freelance en una revista escribiendo sobre sustentabilidad.

Su curiosidad lo obligó a ir más lejos y en 2009 comenzó a trabajar con el Instituto Internacional de Recursos Renovables en México en el tratamiento de agua y fue ahí donde comenzó su amor por el desecho. El segundo proyecto al que estuvo a cargo fue el desarrollo del programa de biogás para el Instituto, una loca idea de producir energía de la caca con biodigestores.

En 2005 conoció a Cayetana Nambo, una pequeña productora de Michoacán con quien trabajaron para instalar sistemas de biodigestión simples para tratar el desecho diario de sus 4 vacas y tres cerdos. Después de un mes Cayetana estaba produciendo suficiente biogás para cocinar todo lo que necesitaba y estaba sumamente satisfecha.

Ella era el reflejo de cómo se podían transformar las pequeñas granjas que suelen estar repletas de excremento, olores y moscas en lugares limpios y fértiles. El dinero que Cayetana gastaba en gas, carbón o leña lo podía ahorra porque ahora tenía biogás para cocinar. Sus cultivos de maíz, frijol y chayote que apenas le alcanzaban, ahora estaban floreciendo y produciendo lo suficiente para vender los sobrantes.

A partir de ahí a Alex no le quedó ninguna duda, los biodigestores a pequeña escala iban a tener un impacto enorme en los pequeños productores y sus familias.

Los beneficios de los biodigestores

Cayetana quería instalar más biodigestores y comenzó a promover la tecnología con otras mujeres de la comunidad y le pidió ayuda para recaudar recursos e instalar más biodigestores. Recaudaron los fondos suficientes para instalar 5 sistemas sencillos y los usuarios estaban muy emocionados por tener los mismos beneficios que habíamos logrado con Cayetana. Después de un tiempo, uno a uno de los biodigestores fallaron, las causas: una rama, el descuido, un perro, un niño, un gallo; rompían las bolsas de biogás que no eran lo suficientemente resistentes.

Si querían que los beneficios del primer biodigestor fueran reales y accesibles a cada uno de estos productores que aún tenían la esperanza de tener los beneficios tenían que trabajar en un producto tecnológico de alta calidad. Alex Eaton regresó a Estados Unidos a estudiar una maestría en Ingeniería Ambiental y como proyecto de titulación desarrolló el modelo de biodigestores a pequeña escala.

Necesitaba un nuevo modelo de negocios dirigido a los pequeños productores, ¿por qué ellos? Porque sus condiciones es algo que nos concierne a todos, ellos producen casi el 80% de nuestros alimentos diarios y cuando comemos tortillas hechas a mano no estamos consumiendo los nutrientes del maíz, sino fertilizantes de Rusia.

La meta es que, como Cayetana, todos los pequeños productores mejoren su economía, su salud y el medio ambiente al enseñarles cómo utilizar un Sistema Biobolsa para transformar el excremento de sus animales en biogás y en un potente fertilizante orgánico.

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