La conexión de Alex Eaton con la agricultura sostenible se remonta a su infancia, cuando creció en una granja ecológica de Estados Unidos. Tras estudiar ciencias naturales en Kenia y motivado por conocer otras culturas, más tarde se licenció en periodismo y comunicación en Colorado. Su interés por la naturaleza impulsó una temprana carrera en periodismo medioambiental, y su pasión por el aire libre le llevó más tarde a Alaska, donde trabajó varios años como guía en zonas salvajes y formando equipos de búsqueda y rescate. Tras una alarmante experiencia de rescate en una avalancha y un nuevo respeto por la fragilidad de la vida, decidió cambiar de rumbo y se trasladó a América Latina.
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La primera experiencia de Alex en la región fue en Nicaragua, donde ayudó a una organización local a instalar sistemas fotovoltaicos y solares de cocción y secado, lo que le inspiró una nueva pasión: la tecnología rural. Allí también entró en contacto por primera vez con un biodigestor en una pequeña granja rural y quedó impresionado por la eficacia del sistema, tanto para tratar el estiércol animal de forma segura e higiénica como para producir biogás y fertilizante líquido. Sin embargo, también le sorprendió la naturaleza ineficiente y rudimentaria de la tecnología y se puso a trabajar para mejorarla. Después, Alex se trasladó a México, donde pasó un año impartiendo cursos de biogás con una organización local e instalando distintos tipos de sistemas de biodigestión con agricultores locales. Después regresó a Estados Unidos para estudiar y se graduó con un máster en desarrollo internacional e ingeniería por la Universidad Estatal de Humboldt, en California, donde se centró en el impacto que podría tener la ampliación de los biodigestores a pequeña escala en México.
Tras graduarse, Alex comenzó como consultor independiente en grandes proyectos de energías renovables y biodigestores y se propuso crear soluciones eficaces para los pequeños agricultores. Creó el Programa de Biogás de México, auspiciado por el Instituto Internacional de Recursos Renovables (IRRI), donde continuó desarrollando y mejorando la tecnología.
Posteriormente, fue uno de los creadores de la Red Latinoamericana de Biodigestores (Redbiolac) para dar a conocer la tecnología. En 2009, durante el proceso de perfeccionamiento del diseño del biodigestor, el proceso de fabricación y el registro de la patente, Alex conoció a su futuro socio, Camilo Pages.
Camilo, cofundador y actual CPO de Sistema.bio, tiene formación en ingeniería industrial y, cuando conoció a Alex, comercializaba tecnologías ecológicas en México. Inspirado por la pasión de Alex por la biodigestión para aliviar la pobreza rural, Camilo se unió al equipo y juntos crearon la empresa en 2010. Alex ha sido reconocido internacionalmente por su contribución al desarrollo rural sostenible. En 2011 fue seleccionado como Ashoka Fellow, y desde entonces ha recibido varios premios. Aunque le sigue gustando involucrarse de lleno en el trabajo sobre el terreno, su papel como CEO de una empresa social de rápido crecimiento, está cada vez más centrado en la dirección estratégica de la empresa y la expansión internacional.
